Reflexión de Tomás Ravanal Sobre las lesiones y como han sido sus últimos años batallando con ellas.

Categoría: Consejos

A muchos nos encanta escalar, sea por las sensaciones, por la buena onda, o solo por hacer deporte. Dentro de toda esta gente que disfruta de la escalada, hay una cierta parte que se engancha más de lo normal, y termina vivenciando la escalada como un estilo de vida, teniendo que sacrificar ciertas cosas para dedicarle más tiempo a su pasión, a cambio de recibir la alegría y satisfacción que nos puede entregar la práctica de la escalada a tal intensidad de fanatismo.

Este fanatismo traerá consigo bastante lesiones, más aun si no sigues un plan de entrenamiento adecuado para tí.

Personalmente creo que me encuentro dentro del grupo de fanáticos que ha intentado darlo todo para continuar disfrutando y evolucionando como escalador, llegando a tal punto que mi felicidad comenzó a depender de esta pasión, ya que si no podía escalar por alguna lesión, sentía que no me encontraba conmigo mismo, estando en un estado “INERTE”, sin el impulso ni la motivación de hacer otras cosas. Este patrón seguramente duró unos cuantos años antes de cambiar el “chip”. Pasé por una lesión en la muñeca (Edema Óseo) que me tuvo sin escalar más de 6 meses, una lesión en el dedo medio de la mano derecha (Esguince) que me tuvo sin escalar más de 4 meses, luego en 2015 una lesión en la rodilla (Condromalacia) que me tuvo sin poder escalar por más de 6 meses. Como pueden ver soy bastante terco para algunas cosas … En 2016 y gracias a mi auspiciador Adidas Terrex, fue mi mejor año competitivo y todo iba para arriba, sintiéndome mejor de todo el cuerpo, hasta que llegó la peor lesión que he tenido, un edema óseo, acompañado de tenosinovitis, capsulitis, principio de artrosis y ya no recuerdo qué más. En conclusión,  mucha inflamación en el hueso y los tejidos blandos a causa de una zapatilla muy apretada durante bastantes años entrenando, y sobretodo por un exceso de sobrecarga en el dedo, escalando en paredes muy “plaqueras” durante un periodo de tiempo bastante largo. Esta lesión me dejó sin poder escalar a mi 100% por más de un año y fue realmente la gota que rebalsó el vaso y me obligó a reflexionar sobre la felicidad, los apegos y los miedos, entre otras cosas y gracias a eso, creo que desde allí he comenzado a retornar a mi esencia, al disfrutar de los pegues, de la gente, de los lugares, del viento, del silencio, etc.. Y dejar un poco de lado el fanatismo intrínseco que tenía por escalar cada vez más y mejor.

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Este aprendizaje no hubiese sido posible sin todas las lesiones que tuve, algunos aprenden más rápido, otros más lentos, tal vez debí cuestionarmelo antes y remar hacia el lado correcto con anticipación. Sin embargo cuando ya pensaba que lo más terrible había pasado y que realmente ya había aprendido una cruda lección, había llegado el momento de luchar una vez más por lo que más había trabajado durante todos estos años. Lograr mi mejor performance deportiva en el campeonato mundial de escalada en Innsbruck 2018.

Ya sentía que había pasado lo más difícil, obtuve mi residencia para poder entrenar donde lo necesitaba, me compre y equipé una furgoneta como vivienda para poder entrenar sin muchos gastos, ya estábamos junto a mi compañera donde queríamos estar, había logrado encontrar un entrenador y todo estaba perfilado para realizar algo que tenía en mente hace muchos años. En ese momento estaba más fuerte que nunca, recién había encadenado “La Rambla” 9a+ y sentia que podia flotar en algunas rutas cuando todo cambió. Una pequeña capsulitis en mi dedo medio de la mano izquierda, se transformó en capsulitis y calcificaciones en la articulación. Luego de algunos tratamientos, esta lesión se propagó a la articulación del nudillo, inflamando e impidiendo una movilidad correcta. Esto claramente derivó en más dolor, más inflamación, obligandome a desistir de competir en el campeonato mundial de Innsbruck 2018 renunciando a un evento para el que me había preparado mejor que nunca.

Después de todas estas lesiones y lo difícil que ha sido este último tiempo intentando recuperarme, me he dado cuenta de lo importante que es aprender de las cosas pequeñas, disfrutar de los detalles, de las personas, de las risas. A pesar de si lograste o no tus objetivos más anhelados, eso es solo un condimento más para añadirle a la cantidad de ingredientes que tiene el hecho de estar contento y a gusto con lo que estás viviendo en ese momento.

Estos momentos, yo tengo que pensar en volver a Chile y aplazar un “sueño” o un objetivo que quiero conseguir, sin embargo todas estas lesiones que me han impedido llegar donde quiero en el momento que quiero, me han entregado más sabiduría como persona que cualquier objetivo deportivo que haya concretado, y es por lo cual quiero expresar mi experiencia deportiva, para que los que están perdiendo su foco, puedan encontrarlo y no sientan que las lesiones los arrastran al agujero, por el contrario, tal vez es la oportunidad que tienes para ver las cosas desde otra perspectiva.

Con toda esta reflexión solo quiero intentar decir que la escalada o cualquier otra cosa que nos haga feliz no puede ser todo en tu mundo o realidad. llegará el momento en que no podrás cumplir tus objetivos, no podrás escalar más fuerte, no podrás escalar más volúmen y tu rendimiento deportivo irá decayendo si o si. Para lo cual es mucho mejor estar preparado para recibir esto con otras perspectivas y no pensar que las lesiones te impiden disfrutar de la escalada, ya que el disfrute está mucho más allá de rendir y apretar como quieres.

Como consejo, dedica bastante tiempo a cuidar el cuerpo y darle el trato necesario para que este pueda recuperarse por completo entre sesiones de escalada.

Después de cada sesión realiza estiramientos suaves.

Masajea tus dedos constantemente y utiliza cremas naturales antiinflamatorias.

Pon tus manos en agua con hielo después de las sesiones de Boulder.

No uses una zapatillas tan apretada, no te hará mejor escalador, no te hará disfrutar más, solo te expones a dolor y a una posible lesión a largo plazo.

Haz ejercicios complementarios, trabajando músculos estabilizadores y antagonistas.

Si no realizas buenos descansos, no le das tiempo al cuerpo de adaptarse a todo el entrenamiento que le estas dando. El descanso es tu mejor amigo contra las lesiones.

No te obsesiones con una ruta o una escalada, por mucho que quieras hacerlo, luego te parecerá que no te dió la felicidad que buscabas y claramente no te va a ser mejor escalador que realizando otro tipo de trabajos. Si alimentamos esa necesidad por concretar tu proyecto, solo te llevará a querer más y más, sin realmente sentirte satisfecho con lo que ya has logrado.

Es mejor enfocar tu atención en cosas más pequeñas, como mejorar un aspecto específico, o mejorar un aspecto mental en particular. Con el tiempo te dará más frutos que encadenar la vía que tanto querías.

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