Entrenamiento Invisible. Comprometer nuestra mente en todo momento.

Categoría: Consejos

El Entrenamiento es mucho más que dedicar horas al ejercicio físico. De partida, es permanente, se transfiere a todas las actividades de nuestra vida cotidiana, pues requiere un cambio y total compromiso de la mente. Es todo: desde dormir, descansar y comer, hasta divertirse. Todo es parte de nuestro entrenamiento y sí sabemos entender esto, sin duda podremos encontrar el progreso. Este interesante artículo de Sergio Miranda nos ayuda a entender en que consiste el entrenamiento invisible.

Cuando nos hablan de “entrenamiento deportivo” al instante se nos vienen imágenes mentales de traspiración, trote, movimiento, bicicleta, saltos, en definitiva: “trabajo físico”; lo que en el colegio llamaban “gimnasia”.

Pero esto es falso –o más bien, no es del todo correcto-, entrenar no significa simplemente estar sudando, corriendo o saltando.

Entrenamiento Invisible. ¿Qué es esto? Simple, lo podemos conceptualizar como TODO lo que hacemos mientras no entrenamos (en nuestra acepción tradicional de campo, pista, gimnasio, ascensión o escalada).

Nuestro cuerpo -la máquina humana- tiene necesidades, ciclos y fases. Necesitamos comer, dormir, respirar y descansar. Si no dormimos lo suficiente nuestro rendimiento baja, si no nos alimentamos de la forma correcta (en tiempo, cantidad y calidad), nuestra performance no es la óptima. Podemos rendir luego de una noche de carrete, pero ¿cómo sería si estuviéramos al 100%?

Tengo un amigo, escalador, que vive (literalmente) con lesiones. Y no le ocurren cuando entrena o realiza ejercicio, sino en situaciones tan simples como cuando fue a comprar el pan. En una oportunidad me confidenció que posiblemente se debía a su alimentación (claro, se lo había comentado el doctor, al ver que cada dos semanas presentaba una lesión nueva).

Con el riesgo de cometer algunos errores (obvio, hay profesionales que estudian años la materia), comentaré que la nutrición es clave para el desempeño deportivo: “somos lo que comemos”. Metafóricamente, lo que ingerimos son los materiales con los cuales construímos nuestra casa. Y para que esta resista tormentas y terremotos, debe estar edificada con buenos materiales.

Como montañista, tengo necesidades especiales de hierro, esto para poder incrementar mi hematocrito[1] y así poder tener mayor capacidad de captar el oxígeno. Los que corrieron el Desafío Subaru, en sus 33km hasta Farellones, necesitaron altas dosis de proteínas, para así poder reponer la masa muscular consumida. Y de agua; pues sin una adecuada hidratación nuestro cuerpo deja de funcionar correctamente y lo sentimos rápida y fácilmente. Al salir a trotar, he resentido los días en que salgo un poco deshidratado, así como en las horas de calor; a los diez minutos me encontraba cansado y sediento… pues mi cuerpo necesita agua para funcionar.

Nuevamente, podemos construir la casa con malos materiales o con los mejores. Es simple. Necesitamos consumir glucosa, pero es distinto a llenarse de helados y galletas que frutas, las que nos dan fibra, vitaminas; azúcares que realmente necesitamos, entre otros tantos nutrientes.

Dormir bien también es parte del entrenamiento. Al año 2011 aún no se conoce la ciencia ni las razones del sueño, tan sólo se ha rasguñado hasta encontrar algunas funciones. Pero todos estamos de acuerdo en que necesitamos dormir para descansar, para que sucedan procesos de regeneración (es en esta etapa del día que se regeneran tejidos, y se libera la Hormona del Crecimiento). Necesitamos espacios de sueño/descanso; física y mentalmente.

Hace unas semanas nos explicaba el Dr. Héctor Burgos la mecánica del aprendizaje y memoria a nivel neuro-cerebral. En este proceso existe un “tope” de trabajo, en donde las neuronas (los axones implicados) se “agotan”, llenándose de calcio, haciendo imposible que sigamos bien con la tarea. Es decir, es en este punto en donde no nos entra nada más en la cabeza y necesitamos un descanso, caminar, jugar, recuperar el equilibrio de nuestra mente y de nuestras neuronas. En el caso de  los músculos es lo mismo. Necesitamos recargar los músculos con ATP[2] para tareas explosivas, volver a acumular y guardar el glucógeno en los músculos, para las actividades de largo aliento. Descanso.

Podemos tocar estos y otros puntos del Entrenamiento Invisible, pero trataré de resumirlo:

Seriedad: al plantearnos objetivos y/o metas, ser serios en el proceso. No es un juego.

Autocuidado: al trabajar por una meta debemos cuidarnos: comer bien, dormir, evitar “algunas” cosas o situaciones (podemos irnos de juerga y beber, pero dentro de ciertos límites: x cantidad de alcohol, lugares en donde el humo del cigarrillo no nos afecte, hasta una hora prudente para poder estar ok al día siguiente, etc).

Este punto tiene que ver también con los conocimientos que debemos desarrollar, aprender qué y cómo debemos comer, cómo y cuánto entrenar, cómo ejecutar de mejor manera nuestro deporte, etc.

Voluntad: ¿alguna duda? Llegar del trabajo cansados, para cambiarnos de ropa y salir a correr. O levantarte tres horas antes de la pega, para irte a escalar o entrenar al gym.

Obsesión: debemos ser obsesivos con lo que queremos y planteamos. No dejarnos abatir por algún problema o dificultad, ¡persistir!

Hace unas semanas el Dr. Brustad nos mencionaba en clase algunos aspectos/necesidades psicosociales del deportista. Dentro de esto revisamos una frase ícono del Dr. Ericsson, en relación a la calidad del entrenamiento: “Se necesita acumular 10.000 horas de práctica de alta calidad para llegar al nivel de excelencia”. Esto, como habla Malcolm Gladwell en su libro Outliers, son unas tres horas de práctica, por diez años. Práctica, práctica y más práctica. Quizás deban ser más de estas tres horas… personalmente le doy las 24 horas, según mi opinión. Pero esta práctica debemos ampliarla, diversificar. No es sólo “entrenar en la cancha”; debemos ver videos, leer, ver otros entrenamientos, relajarnos con otro deporte o actividad, etc. manteniendo nuestro foco en el objetivo planteado.

La visualización, el trabajo con esta técnica es, para mí, asombrosa. No necesitamos estar en “actividad física” para entrenar, para estimular los músculos y nuestra red neural. A través del desarrollo de nuestra capacidad de trabajar la visualización hay una diversidad de deportistas de elite que luego de largas lesiones, con tan sólo semanas de alta y entrenamiento, luego han logrado su medalla olímpica. ¿Cómo?, entrenando mentalmente. Ungerleider en su libro “Entrenamiento Mental” nos cuenta varias historias de este tema.

Entrenar no es sinónimo de sudar. Es ser conscientes de lo que queremos y hacemos, trabajar en y por ello, dentro y fuera de la pista, con o sin cuerda. Entrenamos al dormir y comer bien, entrenamos cuando carreteamos, y entrenamos cuando nos lesionamos.

Ps. Sergio Miranda C.
Cursante Magister Internacional en Psicología aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
Consultor de Entrenamiento Mental


[1] Porcentaje ocupado por glóbulos rojos del volumen total de la sangre.

[2] ATP es la fuente principal de la energía para toda la contracción del músculo.

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