«20 Horas de locura» Un reporte de Inti Mellado en su viaje a los Estados Unidos.

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A pesar de que mi estadía en Estados Unidos fue bastante larga y gracias a eso tuve la posibilidad de tecnificarme como SPI (Single Pitch Instructor) de la AMGA (American Mountain Guide Associaton) y habiendo escalado en diferentes sectores de excelente calidad como lo son el New River George en West Virginia e Indian Creeck en Utha; la experiencia podría ser resumida en una sola gran pared en el Valle de Yosemite.

En fin, algo así como el siete de octubre me junté con mi compadre Diego Haggeman y fijamos rumbo hacia Yosemite National Park. Al llegar al parque nos dimos cuenta que el paisaje era más parecido al de un centro comercial que al del místico valle que nosotros esperábamos, estaba lleno de turistas y rangers poco amigables que generaban un ambiente un tanto hostil….. pero la verdad es que esto no importaba mucho debido a la calidad del granito, el cual sin duda es el mejor que yo he escalado.

A pesar de que con Diego ya habíamos escalado un par de paredes juntos, ambos sentíamos que nos faltaba un poco de experiencia (sobre todo en escalada artificial) para aventurarnos en las grandes ligas del big wall; durante las siguientes dos semanas le estuvimos poniendo bueno….. escalamos la Sout Face de la Washington Colum, The Rostrum, Astroman, entre otros clásicos y no tan clásicos del sector.

Estas desesperadas ganas por escalarlo todo formaban parte de nuestro entrenamiento secreto para el objetivo más ambicioso, The Nose se venía dentro de poco y las largas horas colgando del arnés  estaban dando frutos; nos sentíamos sólidos pero a su vez un tanto cansados.

Tras un par de días de descanso, había llegado el momento de la verdad, fue así que el día martes 24 de octubre, nos despertamos en la madrugada y comenzamos a aproximar al icónico paredón del Valle con la cabeza decidida en escalar The Nose en un single push (y la verdad es que tampoco teníamos de otra ya que solo contábamos con una cuerda de 70 metros).

Yo como siempre estaba ansioso y con ganas de darlo todo, pero este sentimiento se fue disipando mientras caminábamos y también un tanto debido al frio de la mañana; ya en la base de la pared me comencé a equipar, el primer bloque de siete largos me correspondía escalarlo a mi….. cuando me separé del piso supe que la única salida era la cumbre (ya que no teníamos forma de rapelear) esto suena peor de lo que en realidad es, he aquí  lo divertido de la escalada, ir a la aventura. Escalaba lo más rápidamente posible, no podía ver más allá de la luz de mi frontal, así que tampoco sabía muy bien donde estaba; la experiencia era única, el primer largo paso en un parpadeo, el segundo y el tercero también, dentro de poco ya había pasado Sickle Ledge, aplicaba todos los trucos aprendidos durante las pasadas tres semanas como short fixing y lowers, también habían cosas que no sabía y en ese momento se tenía que improvisar.

Ahora era el turno del Dieguito, cuando nos reunimos era la primera vez que paraba de moverme, los ojos desorbitados y la transpiración eran señal de nuestra feliz locura por escalar; mi compadre comenzó con un ritmo increíble, se lo veía fluir rápidamente por los splitter de El Capitán mientras yo jumariaba desenfrenadamente. Y ahí estábamos, escalando a fondo y adelantando a las cordadas que aún dormían mientras las primeras luces del día revelaban que en esos momentos nos encontrábamos alto, pero en verdad alto (algo que en la oscuridad de la madrugada era imposible apreciar), fue casi como haber volado hasta ese punto; para evitar el King Swing Diego escaló el Jardine Traverse y en breve nuevamente era mi turno de liderar los siguientes siete largos, partí escalando desde Eagle Ledge, pase el Great Roff y el Pancake Flake, hasta este momento la experiencia era entre sketchy y chistosa,  desafortunadamente se nos acabó el agua y eso ya no era tan divertido.

El Dieguito continuó punteando desde el largo 20, yo lo seguía jumariando…. ahora íbamos considerablemente más lento que en los primeros tres bloques, también debido a que estos son los largos más desplomados de la ruta y tienes secciones  de artificial un tanto más comprometidas como lo es el Changing Corner; aun así mi compadre con increíble resistencia continuó empujando hacia arriba, la sed y el cansancio se apoderaban de nuestros cuerpos, yo jumareaba a un ritmo casi ridículo y la mochila se volvía cada vez más pesada, nos quedaba nada más que solo un largo, pero ambos estábamos destruidos y el largo era completamente desplomado; probablemente continuamos escalando solamente debido a que el anclaje en el que estábamos colgando era extremadamente aéreo y ya no queríamos estar más allí sin poder sentir nuestras piernas….. al llegar a la cumbre el reloj marcaba 20 horas y 12 minutos, podría haber sido mejor pero el tiempo nunca fue lo más  importante, escalando esta clásica e histórica  línea aprendimos mucho y por supuesto disfrutamos cada metro recorrido.

Es más tras alcanzar la cumbre nos olvidamos de todo nuestro cansancio y sed ya que formamos parte de una increíble fiesta de otra cordada que había escalado durante 7 días una durísima ruta de artificial, ellos nos ofrecieron agua, comida y todo lo que en ese momento necesitábamos; teníamos música, cerveza, buena compañía y todo lo demás que se pueden imaginar en un carrete escalador en el Valle. La noche transcurrió junto al ritmo de The Clash entre risas y estrellas fugaces.

Comenzamos el descenso a la mañana del día siguiente con el arnés marcado en nuestra cintura, las uñas separadas de la piel, una buena historia que contar  y por supuesto una sonrisa de oreja a oreja, nada más divertido que haber cumplido un sueño. En fin en mi opinión eso es la escalada de big wall, no forja héroes, si no al contrario te enseña a ser más humano, a vivir el presente y compartir con un amigo esos momentos pitilla…. simplemente disfrutar de las cosas simples.

Para finalizar me gustaría agradecer a todos mis amigos (en especial Sarah, Kyle, Cooper, Jim y Diego) y a mi apañadora familia; ya que sin su ayuda no podría hacer lo que ahora estoy haciendo, o sea vivir mis sueños.

También agradecer el apoyo de Mammut Chile / Andesgear, Evolv Chile / Just Climb, Gimnasio El Muro, Williwaw Foods y La Recauchadora, que me apañan con equipo de calidad.

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