Mentalización en la escalada

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Cuando tenemos un proyecto concreto como objetivo ya sea de boulder o de ruta, la mentalización cumple un rol fundamental para lograrlo. A continuación la psicóloga Camila Chia nos entrega algunos tips para comprender mejor el proceso de mentalizarse y aprovechar al máximo tus capacidades. Recuerda las sabias palabras de Wolfgang Gullich: «El cerebro es el musculo mas importante en la escalada».

La mentalización ocupa un rol fundamental en la escalada, se refiere al estar implicado y al ser consciente de la situación presente, esto asociado a los pensamientos y formas de actuar. En concreto la mentalización se refiere a la capacidad de entender e interpretar la conducta, basada en pensamientos, expectativas, ideas, sentimientos, proyecciones y aspiraciones.

El estar mentalizado, implica el estar involucrado/a, regulado/a, presente y dispuesto/a para afrontar las tareas cotidianas de una manera más interesante y efectiva. Para el desarrollo de esta estrategia mental es importante considerar algunos factores que trabajan de manera simultánea.

La experiencia subjetiva y la intencionalidad en el marco de la mentalización, enfatizan la importancia de considerar no solo el contenido de nuestros pensamientos y motivaciones, sino también las capacidades y procesos que utilizamos para acceder e interpretar estados mentales.

El objetivo es promover las habilidades, desde la capacidad de poder mentalizar en contextos en los que normalmente podría ser más complejo acceder a esta fortaleza mental, ser capaz de mantener esto como estrategia que permita afrontar los desafíos que conlleva el relacionarse de manera útil con el propósito y la planeación de la actividad.

Laura Rogora a pesar de su corta edad ha desarrollado una capacidad de mentalización poderosa, que le permitió al dia siguiente de ganar una medalla de oro en la última copa del mundo, ir a roca y encadenar un 9a, superando el cansancio con una fuerte mentalización.

Son múltiples factores los que influyen, y dependerá del enfoque en el cual estés centrado, de la situación y de las necesidades de tu práctica deportiva. Sin embargo, ejemplificaré algunas a continuación:

  1. Focalización de la Atención y la Concentración:

Por ejemplo, al momento de escalar un boulder será necesario mantener los niveles óptimos de atención y concentración, para no olvidar los pasos y desarrollar la ejecución a partir de la fluidez de movimientos y las formas eficientes de resolver el desafío.

Cuando entrenas es similar, y lo esperable es mantener un ritmo adecuado para lograr los requerimientos específicos, esto quiere decir que el objetivo debiese ser realizar los ejercicios físicos de manera correcta, conectando con el movimiento más que con la emoción.

Esto marca una diferencia, ya que la focalización y energización implicada en los ejercicios será distinta si afrontas el momento con un estado mental adecuado, lo cual será más relevante para hacer frente a una sensación de agotamiento.

En la roca estos procesos cognitivos son esenciales, y nos permiten distinguir que es lo importante del momento ¿A qué debo prestar más atención en la ruta? ¿Cuál es el movimiento clave que no debo olvidar?

Sin embargo, no es tan sencillo con tan solo evocar y automáticamente lograr el estado óptimo de rendimiento, se requiere de un trabajo previo y específico. Es importante considerar que estos procesos siempre podrán ser reforzados y analizados en la práctica cotidiana y en específico deportiva.

  1. Actitud predisponente: Antes de intentar una ruta o boulder desafiante, ¿Te ha pasado que tienes algún pensamiento o apreciación previa antes de dar un intento?, ¿Te has preguntado de que manera esto influye en tu ejecución posterior? 

La evaluación previa genera respuestas automáticas, las cuales se expresan a partir de la actitud y la ejecución de movimientos, ya que es un factor que se puede estructurar y modificar, actuando como un regulador del momento.

No es lo mismo tener la convicción de sentirse cansado antes de comenzar y rendirse sin haber intentado realmente los movimientos. Distinto será creer que a pesar del cansancio eres capaz de dar uno de tus mejores pegues.

  • Pensamientos autodirigidos: ‘’Imagina que estabas más preparado/a que nunca y tenías toda la intención de querer encadenar tu proyecto. Al momento de comenzar la sensación fue distinta a la usual, a medida de ascendías más inseguro/a te sentías, y justo al momento de llegar al paso clave dudaste por un segundo y volaste’’.

¿Alguna vez tus pensamientos han interferido con tun proceso de escalar? ¿Te has preguntado de que manera influyen? ¿Estos pensamientos son reales? ¿Contribuyen o limitan tu escalada?

Es necesario ser consciente de los pensamientos predominantes, tener claridad de cuáles son tus mayores fortalezas, habilidades, e identificar que tanto influyen en tu escalada. Sin subestimar las capacidades, y excedernos con un análisis autoexigente. Se trata de reconocer hasta donde eres capaz de llegar, identificando al mismo tiempo tus limitaciones y debilidades.

  • Estado emocional: Se intepreta a partir de un proceso que implica identificar el contenido de lo que sientes y comprender cual es su relación con la conducta del momento. Se puede asociar una experiencia de aprendizaje del día, por lo que un análisis realista y objetivo es importante.
  • Situación presente: Considera tus objetivos establecidos y evalúa si estos son realistas y alcanzables, de esa manera podrás reducir la autoexigencia o el esfuerzo desmedido, el cual quizás no es acorde a lo que puede alcanzar por el momento.

Identifica los distractores del entorno, como las preocupaciones, conflictos, cargas inadecuadas, exceso de tareas, etc. De ser así considéralo, podría influir, aunque no determinar tu ejecución. Sobre todo, respeta tus tiempos y analiza lo que necesitas, considera tus reales posibilidades y limita aquello que te afecta de manera negativa.

Otros factores implican un análisis realista, como el ciclo de tiempo, acorde a tus necesidades, posibilidades y capacidades, además de tener en cuenta las cargas, modalidad, temporada, contexto.

Reconoce lo que necesitas, administra de manera eficiente y genera un sistema concreto de organización, evalúa objetivamente tus posibilidades en términos de tiempo y estructura, e identificar tus prioridades.

En lo concreto el proceso de estar mentalizado implica ser consciente de lo que pensamos y sentimos en relación a nuestra práctica deportiva. Prestar atención al contenido de los pensamientos, analizar cuál es tu impresión respecto a tus movimientos, intentos y alcances. Lo cual te permitirá identificar aquello que puedes mejorar o modificar, está presente a la vez en el momento y desafío del día.

Psicóloga Camila Chia Vicuña

Cuenta profesional: @ps.camilachia

Bibliografía:

La terapia de mentalización en adultos. Efran Bleiberg (2015).

Mentalization-Based Treatment. Anthony Bateman y Peter Fonagy (2013).

Psicología de la Actividad física y del deporte. Joaquín Dosil. Segunda Edición (2008).

Self-talk: Review and sport-specific. Judy L. Van, Andrew Vicent y W. Brewer (2016).

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