La relajación en el deporte; un aspecto más a considerar.

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La relajación es la capacidad que tiene la persona para encontrar un momento de calma, paz y tranquilidad. Esta capacidad es importante para el restablecimiento de la homeostasis (equilibrio) físico y mental ante diversas situaciones estresantes y/o anisoginas, que pueden, incluso, llegar a mermar la salud no solo psicológica sino  física.

El saber relajarse en el deporte -como en la vida común y silvestre- es importantísimo. Es el arma más importante y contundente para combatir el estrés, ansiedad y las presiones (externas o del ambiente, y las internas o las generadas por nosotros mismos) que genera enfrentarse a una competencia y/o a un desafío importante (para nosotros).

Por lo tanto, parece lógico pensar que “la relajación se usa con frecuencia respecto a los músculos, lo cual significa liberar la tensión y el alargamiento de las fibras musculares, en contraposición al acortamiento que acompaña a la tensión o contracción muscular”. A esto debemos agregar que debemos buscar también una relajación mental. Cuerpo y mente necesitan de este estado para sentirse en un estado óptimo y a la vez rendir de buena manera.

La tensión puede manifestarse en tres niveles diferentes; el fisiológico, el conductual y el subjetivo.

  • Fisiológico: incluye los cambios viscerales, somáticos y corticales.
  • Conductual: incluye los actos externos directamente observables del organismo.
  • Subjetivo: se refiere a la experiencia interna consciente del propio estado emocional o afectivo.

En muchas ocasiones los deportistas se sienten más preocupados por el exceso de tensión muscular, ya que son los músculos los responsables directos de los movimientos involucrados en la tarea a realizar. Esta circunstancia pone de manifiesto, por un lado, la evidente conexión que existe entre los procesos de tensión-relajación con el cuerpo y la importancia de los mecanismos que están asociados a la misma.

Por otro lado, la relajación está directamente relacionada con el nivel de activación (arousal) que provoca una activación general fisiológica del organismo que varía a lo largo de un continuo, fluctuando desde el sueño profundo hasta la excitación intensa. El nivel de activación, por tanto, “aumenta cuando nos enfrentamos a una situación o suceso placentero, pero también cuando nos amenaza una situación de peligro

Para relajarnos hay muchas maneras, estrategias, metodologías y gustos: dejar las cosas y salir a dar un paseo al parque, a la playa, irnos a escuchar el agua de un rio o el viento de la montaña, realizar una buena sesión de risas, pasando por técnicas más elaboradas como el yoga, chi kung o tai chi.

Los objetivos de la relajación pueden ir encaminados a prevenir y proteger los órganos del cuerpo de un desgaste innecesario, producido fundamentalmente por el estrés, como tratamiento en distintas condiciones patológicas o como técnica para permitir calmar la mente y favorecer un pensamiento más claro y eficaz.

Técnicas de Relajación

Relajación progresiva de Jacobson: Esta técnica consiste en provocar la relajación a partir de la percepción de contraste entre la tensión y distensión de los distintos grupos musculares para poder aprender a identificar estados de tensión involuntarios y tornarlos en estados de relajación. Se trata de relajar los músculos para relajar la mente, dada su mutua interconexión a través del sistema nervioso.

Relajación autógena de Schultz: Consistente en conseguir un estado de relajación induciendo percepciones asociadas a ese estado, sobre todo de calor o pesadez (Me pesan los párpados, las piernas, siento calor en mi estómago, mis brazos, etc).

Respiración: Llevando a cabo una respiración controlada, podemos ser capaces también de relajarnos, sintiendo como el aire entra y abandona nuestro cuerpo a través de las fases abdominal, torácica y clavicular. Los ejercicios de respiración pueden ser útiles para relajarte y ayudar a aliviar el estrés, los problemas para quedarte dormido, la sensación de estar presionado, etc.

Biofeedback: Otras: Existen más técnicas de relajación que, dependiendo del usuario pueden ser más o menos adecuadas, como la hipnosis o la parada de pensamiento.

Se obtiene un mejor rendimiento cuando se pone un 90% de esfuerzo y no cuado se pone un 100% o un 110% de esfuerzo. ¿A qué se debe esto? Esto se debe a que el mejor rendimiento se obtiene cuando no hay demasiada activación. Los deportistas comentan habitualmente que obtienen su mejor nivel cuando ya están fatigados y no intentan correr al máximo o hacer sus movimientos los más rápido posible.

Sergio Miranda C.

Consultor en Entrenamiento Mental

Sergio@entrenamientomental.cl

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